Rodar al aire libre en cualquier lugar de España
Como hemos ido viendo en los distintos posts de este blog, España es un país lleno de hermosas ciudades, que a su vez están llenas de hermosos rincones; y esto no ha terminado, todavía nos espera mucho más. Esto es algo que, más que nosotros los españoles, tienen muy en cuenta los turistas extranjeros, pues no por nada nuestro país es uno de los destinos favoritos del mundo para hacer turismo, y son muchos los que, viviendo fuera de nuestras fronteras, se declaran totalmente apasionados de la geografía española, su historia, sus lugares emblemáticos y el carácter de sus gentes.

Y si hay una industria que ha sabido sacarle partido a nuestro patrimonio artístico y nuestras bellezas naturales (aparte de la de servicios, claro está, que se ha puesto las botas con esto del turismo), ha sido la del cine. La llamada “fábrica de sueños” ha sabido ver todo el potencia que España tenía como escenario natural para cualquier tipo de película, y desde hace muchos años que somos uno de los lugares favoritos de directores y productores cinematográficos para que los sueños que llevan en su cabeza se plasmen en la realidad, cobrando vida en lugares y paisajes de toda nuestra geografía. Pero, como diría aquel famoso narrador: ¿toda la industria del cine? ¡Nooo! Pues hay una que realmente no lo ha notado todavía, y si alguno de sus integrantes lo ha hecho, no ha sabido desarrollarlo por la razón que sea. Y me estoy refiriendo, por supuesto, al género de la pornografía.
Para mí, y seguro que para muchos otros aficionados al género, el porno al aire libre siempre me ha parecido muy excitante. No es sólo una cuestión de exhibicionismo, aunque me gustan bastante los videos xxx en los que las tías pasan totalmente de si hay público o no cuando están haciendo una mamada a un maromo, o directamente se abren de piernas sin ningún pudor; en realidad, me gustan incluso cuando están más o menos a salvo de que los puedan pillar, aunque estén en un lugar público (claro que el morbo de una pillada siempre está ahí, no nos vamos a engañar). Revisando el otro día mi catálogo de pornografía favorita, me di cuenta de que, a pesar de tener muchos ejemplos de esta categoría, encontré muy pocos videos de sexo anal que estuvieran rodados en un lugar exterior. Y me pregunto: ¿de verdad es tan difícil conseguir grabar porno en un espacio natural?
No tengo idea, por supuesto, de cuántos permisos, licencias o requisitos hacen falta para algo así; pero algo me dice que no debe ser algo fácil de conseguir, o bien no merece la pena el esfuerzo en términos económicos, o incluso de aceptación del público. Es cierto que, por lo general, los usuarios de videos porno solemos ser gente flexible, y si no se nos da exactamente lo que queremos, no nos ofendemos ni cerramos sesión; nos podemos conformar con lo que se nos ofrece, y eso suele ser por supuesto lo que más rendimiento dé con la menor inversión posible. Si grabar una escena de sexo profesional en un espacio público y al aire libre es algo complicado o, simplemente, caro, es normal que ninguna productora de cine porno se arriesgue a nada de eso.

Pero, sinceramente, creo que es un error. Si de algo nos quejamos los usuarios del porno es que no vemos que esta industria evolucione; y aunque muchos profesionales de este mundo crean que no hay que quebrarse la cabeza para cambiar algo que funciona y que, simplemente, sirve para lo que sirve y siempre ha servido, las cosas ya no son tan sencillas como antes. Aunque el porno tenga una función específica y no parece que vaya a servir para mucho más (ni tampoco lo pedimos, la verdad), quizá tenga que adaptarse un poco a los tiempos que corren, e introducir en sus producciones algunos cambios que vayan con la sociedad actual; si no, corre el riesgo de quedarse obsoleto y, entonces sí, ser un asunto sólo de salidos a lo que poco les importa lo que les enseñen siempre que sus pollas (y sus coños, no nos engañemos) se exciten.
La cuestión, quizá, se podría resolver si nos volvemos más abiertos de mente; por eso, es bueno que hablemos de sexo. Parece una tontería y muchos dirán que éste es un tema superado; pero si lo es, ¿por qué aún la gente lo toma como algo vergonzoso (que es distinto de tratarlo como algo íntimo), y nunca admite que ve por ejemplo porno online, cuando siempre es lo más buscado en internet? Quitando algunas pequeñas voces, a las que hay que estar agradecidos, son pocos los que hablan abiertamente de estos temas, y claro, difícilmente pueden verse como algo tan cotidiano. Entonces, ¿cómo conseguiremos rodar una escena xxx en uno de nuestros maravillosos escenarios naturales? Estamos perdiendo un auténtico filón, y no nos damos cuenta.